Las Monjas Minimas | ||
"Quedo más consolado de lo que se puede decir al ver... cuánto amáis nuestra vocación: lo cual puede santificaros y hacer que muchas almas sean santas imitando vuestra vida ejemplar... Espero en nuestro Salvador seréis luz y camino de salvación para muchas otras" (Carta de S. Francisco al primer núcleo de Monjas en Andújar). |
La "Regla de vida" de las Monjas Mínimas es la de aspirar a una forma de amor más comprometido mediante una ascesis más austera, de contenido propiamente cuaresmal, tanto en el tender a una conversión total a Dios y en el primado reconocido a la dimensión espiritual, como en la disciplina y en una estilo de vida humilde y sobrio. Su vida de oración, servicio y comunión es medida por la profesión diaria de los votos religiosos comunes correspondientes a los consejos evangélicos de castidad, pobreza voluntaria y obediencia y del voto típico de la "vida cuaresmal".La propuesta evangélica que viven va desde la "pura y asidua oración" expresada en la atención amorosa y en el dialogo interior, además de la oración pública de la Iglesia, hasta el silencio evangélico, para favorecer el recogimiento y el restablecimiento de la interioridad. | |
La orden de las monjas o claustrales Mínimas es la rama famenina del instituto fundado por San Francisco de Paula. El Santo se encontraba ya algunos años en Francia, cuando algunas piadosos jóvenes de Andújar (España) entre ellas María y Francisca Valenzuela, deseosas de fundar un monasterio y de llevar una vida análoga a la propuesta a sus religiosos Mínimos, le rogaron que les diese una "regla de vida". El 28 de julio de 1506 llegó la deseada aprobación pontificia de las Monjas Mínimas, con la bula de Julio II "Inter cteros", que incluía el texto de la suspirada Regla. |
Estando separadas del mundo es para ellas más fácil tener presente las necesidades de vida y de salvación de todos. Es un reservarse para Cristo, y sólo para Él, para ser más suyas, que al mismo tiempo las convierte en guías de las almas en el Espíritu, aún sin saberlo, como les ha dicho el Santo Padre Juan Pablo II. Es así como a los tres amores de su vida Jesús y María, el Santo Fundador, la Iglesia las Mínimas añaden toda la humanidad, en la cual y con la cual están en camino junto a la Iglesia peregrina en el mundo. | |
Abiertas al soplo del Espíritu y queriendo contribuir con su vocación específica a la edificación y al desarrollo del Reino de Dios y de la Iglesia particular, introducen en el flujo de la misión de la Iglesia su particular experiencia de vida contemplativa y ascética. Sus monasterios, siempre en el respeto de la clausura propia de su naturaleza contemplativa, se transforman en lugares de acogida donde es posible educarnos a la oración y a la penitencia. | ||